Hemos recopilado
algunas de las preguntas más frecuentes, y sus correspondientes respuestas,
relativas a la seguridad infantil en el automóvil.
Las preguntas y
respuestas incluidas o bien se han recibido directamente de padres o madres o
bien proceden de una extensa revisión de las mejores prácticas internacionales
en seguridad infantil en el automóvil.
Recuerde que, por
encima de la información que aquí se ofrece, es más importante consultar
siempre el manual de instrucciones del vehículo y del asiento: si las
recomendaciones de esta página son diferentes a las de dichos manuales, son
siempre éstos los que deben tener prioridad. Se recopilan algunas de las preguntas
más frecuentes, y sus correspondientes respuestas, relativas a la seguridad
infantil en el automóvil.
Las preguntas y
respuestas incluidas o bien se han recibido directamente de padres o madres o
bien proceden de una extensa revisión de las mejores prácticas internacionales
en seguridad infantil en el automóvil.
¿Es imprescindible cambiar de
asiento infantil después de cualquier accidente, aunque sea menor?
¿Qué es más seguro: que el
niño viaje mirando hacia atrás o hacia delante?
Si viajo en taxi, ¿es
necesario utilizar un asiento infantil?
Si alquilo un coche, ¿es
necesario utilizar un asiento infantil?
¿Puedo instalar un asiento
infantil en un avión?
Mi niño no quiere usar su
sillita y protesta y grita: ¿qué puedo hacer?
Mi niño protesta y se
desabrocha con el coche en marcha:
¿Cómo puedo saber si mi hijo o
hija puede usar ya el cinturón de seguridad de adultos?
¿Es imprescindible cambiar de asiento infantil después de cualquier accidente, aunque sea menor?
La recomendación habitual es que no use asientos que hayan
estado dentro de un coche que haya sufrido un accidente, excepto si ha sido un
accidente realmente menor y resulte posible comprobar que el asiento no haya
sufrido daños. Tenga en cuenta que, en ocasiones, los daños pueden no ser
visibles. Por ello, el consejo más seguro es, ante la duda, cambiar de asiento:
compruebe si el seguro del automóvil puede hacerse cargo de dicha sustitución,
del mismo modo que abona el paragolpes del vehículo, por ejemplo.
La Administración Nacional de Seguridad Vial de EE UU
(National Highway Traffic Safety Administration, NHTSA) indica que, por lo general y excepto si subyace
cualquier tipo de duda, no resulta necesario sustituir el asiento infantil si
el accidente es realmente menor y se cumplen TODOS los puntos siguientes:
- El
asiento no presenta daños aparentes (fisuras, deformaciones de sus
piezas…) ni en las zonas a la vista ni debajo de la tapicería u otras
partes móviles.
- El
vehículo accidentado se puede conducir tras el choque (no se
necesita llamar a la grúa).
- La
puerta del vehículo más cercana al asiento infantil no presenta
daños.
- Ningún
ocupante resulta lesionado.
- Los
airbags no entran en funcionamiento (no se abren o activan).
Algunos fabricantes de asientos recomiendan que sustituir
los asientos infantiles si el accidente se produce a más de 10 km/h. Otros
fabricantes de asientos infantiles ofrecen la posibilidad de comprobar
gratuitamente si, tras un accidente, la sillita ha sufrido desperfectos y
necesita ser reparada o sustituida o si puede seguir siendo usada con seguridad.
Consulte al fabricante de su asiento infantil si éste es su caso.
Recuerde que en caso de accidente, puede que sea necesario
sustituir también los cinturones de seguridad del vehículo: consulte, como
siempre, el manual de instrucciones del vehículo.
¿Qué es más seguro: que el niño viaje mirando hacia atrás o hacia delante?
Quizás recuerde –de alguna película de cine, por ejemplo–
que cuando los astronautas regresaban a la Tierra en su cápsula espacial tras
su visita a la Luna, lo hacían sentados en sus asientos mirando hacia atrás:
esa es la posición más segura porque es toda la espalda la que soporta las
fuerzas y no sólo, en caso de mirar hacia delante, las pequeñas zonas de
contacto entre el cuerpo del ocupante y el cinturón o arnés de seguridad. En el
caso de los bebés y los niños más pequeños, el cuello es una de las partes más
frágiles de su cuerpo (por eso hay que sujetarles continuamente la cabeza al
sostenerlos en brazos), e ir sentados mirando hacia atrás, en caso de frenazo o
accidente, es mucho más seguro que mirar hacia delante.
Así pues, conviene que los niños viajen mirando hacia atrás
durante el mayor tiempo posible, siempre que el asiento lo permita (en el caso
de los asientos del grupo 0, hasta los 10 kilogramos de peso; en el caso de los
asientos del grupo 0+, hasta los 13 kilogramos de peso; o, en general, hasta
que el niño crezca y sea demasiado grande para usar su asiento mirando hacia
atrás).
En Suecia, quizás el país más seguro del mundo en estos
momentos en cuanto a seguridad de los niños en el automóvil se refiere, los
niños viajan normalmente mirando hacia atrás hasta que cumplen los tres años
como mínimo, recomendándose que sigan así hasta que cumplan cuatro; en dicho
país, hasta el año 2008, la normativa de homologación de asiento era diferente
a la española, algo más exigente, y por este motivo los asientos orientados
mirando hacia atrás (los únicos capaces de cumplir con los requisitos más
exigentes) se universalizaron en dicho país aunque, en estos momentos, todos
los países de la Unión Europea poseen la misma homologación, la ECE R44/04.
Resulta llamativo, por ejemplo, que en todas las sillas
infantiles que obtuvieron en el año 2009 la mejor puntuación en las comparativas independientes realizadas por
clubes de automovilistas y asociaciones de consumidores europeos el niño
viajara mirando hacia atrás. La siguiente ilustración representa cómo, durante
un choque frontal, el movimiento de un niño que viaja mirando hacia delante es
mucho más violento que el de otro niño que lo hace mirando hacia atrás.
Simulación por ordenador de una colisión frontal
Resulta llamativo, por ejemplo, que en todas las sillas
infantiles que obtuvieron en el año 2009 la mejor puntuación en las comparativas
independientes realizadas por clubes de automovilistas y
asociaciones de consumidores europeos el niño viajara mirando hacia atrás
En el año 2011, la Fundación MAPFRE acometió una exhaustiva revisión de
las evidencias y recomendaciones internacionales en relación con la
posición del asiento infantil (instalado mirando hacia delante o hacia atrás).
Las principales conclusiones de dicha revisión fueron:
- Los
asientos orientados hacia atrás son mucho más seguros que los asientos
orientados hacia delante.
- Los
niños deben viajar mirando hacia atrás todo el tiempo que sea posible.
Ello evitaría lesiones que podrían producirse aún utilizando asientos
orientados hacia delante y que podrían prevenirse prácticamente en su
totalidad con asientos orientados hacia atrás.
- Cuando
un bebé crezca y su sillita para bebés se quede pequeña, se debería
cambiar de silla por una de mayor tamaño, pero que todavía permita seguir
viajando mirando hacia atrás.
- Los
niños deberían viajar mirando hacia atrás, siguiendo la práctica nórdica
que tan efectiva se ha demostrado, hasta los tres o cuatro años.
Si viajo en taxi, ¿es necesario utilizar un asiento
infantil?
Desde el punto de vista de la seguridad, su hijo o hija es
tan frágil en un taxi como en cualquier otro vehículo. Así que, pensando en la
seguridad del niño, la respuesta no puede ser otra: CLARO QUE SÍ ES
NECESARIO Por otro lado, desde el punto de vista legal, en España se
exime de la obligación de utilizar dispositivos de retención homologados a las
personas cuya estatura sea inferior a los 135 centímetros cuando viajen en
taxi, pero siempre que ocupen un asiento distinto del delantero y sólo cuando
circulen en tráfico urbano o áreas urbanas de grandes ciudades.
En varios países europeos los taxistas llevan en el maletero
sillitas para niños. Si ha viajado últimamente: habrá visto que cada vez se ven
más padres en aeropuertos o estaciones llevando consigo el asiento infantil de
sus hijos: su concienciación por la seguridad compensa la incomodidad de acarrear
con el asiento.
Otra posibilidad es que tenga a mano el teléfono de un
servicio de tele-taxi que le permita instalar su asiento infantil, o que cuente
con taxis que dispongan de asientos infantiles. La compañía http://www.radiotelefono-taxi.com,
por ejemplo, pone a disposición de sus clientes “Eurotaxis para sillas de
ruedas que también están equipados con sillitas homologadas para niños” (según
publicidad de la compañía y sin que esta información deba entenderse como una
recomendación explícita de ningún servicio concreto de autotaxis). Cuando llame
a su compañía de taxis, indique el número de niños que necesita transportar,
así como los grupos o tipos de asientos infantiles que va a necesitar.
La Asociación Española de Pediatría, de hecho, recomienda
que los niños que viajen en taxi, en especial aquéllos que no alcancen 135
centímetros de estatura, observen las siguientes precauciones:
- Hacer
siempre uso de elementos de retención adecuados a la edad y el peso del
niño, tanto para desplazamientos en ámbito urbano como en desplazamientos
interurbanos.
- Seleccionar,
en la medida de lo posible, taxis que dispongan de estos elementos. Si se
solicita telefónicamente el servicio de taxi, requerir que se trate de un
vehículo equipado con dichos dispositivos.
- En
caso de utilizar el cinturón de seguridad del vehículo, por ejemplo en
niños con talla mayor o igual a los 135 centímetros, ha de vigilarse que
el cinturón esté correctamente colocado, no cruzando el cuello del niño y
manteniéndose la banda pélvica sobre la raíz de los muslos del niño.
- Utilizar
siempre dispositivos de retención homologados, según debe figurar en la
etiqueta visible del dispositivo.
- No
obstante lo anterior, existen algunos sistemas menos recomendables, aunque
igualmente homologados. Es el caso de las sillitas y los elevadores
inflables o hinchables que, aun cuando son de comercialización legal y
pueden estar homologados, han mostrado peores resultados en las pruebas de
choque en cuanto a la protección del niño.
- Llevar
en todo caso a los niños en los asientos posteriores del vehículo.
Si alquilo un coche, ¿es necesario utilizar un asiento infantil?
Al igual que cuando se viaja en taxi,
y desde el punto de vista de la seguridad, su hijo o hija es tan frágil en un
coche de alquiler como en cualquier otro vehículo. Así que, pensando en la
seguridad del niño, la respuesta no puede ser otra: CLARO QUE SÍ ES
NECESARIO De hecho, en este caso la ley tampoco diferencia entre un
vehículo propio y un vehículo de alquiler.
La mayoría de las compañías de alquiler de vehículos ofrecen
asientos infantiles. Para asegurarse de que disponen de uno en el punto de
entrega del vehículo, contacte directamente con el responsable del punto de
entrega (mejor que contacte con el responsable del punto de entrega que con el
teléfono genérico de atención al cliente, en donde la información específica
puede ser menos precisa) y pídale confirmación por escrito de que ha recibido
su solicitud de asiento infantil.
Al retirar el asiento junto con el vehículo de alquiler,
compruebe que la silla infantil se encuentre en perfecto estado, dispone de
todas las piezas y de su manual de instalación. Pida ayuda al personal de la
compañía de alquiler si tiene dudas sobre cómo instalar el asiento infantil.
¿Puedo instalar un asiento infantil en un avión?
En los EE UU, la autoridad de aviación civil sí que permite
la instalación de una sillita infantil de automóvil en los asientos de los
aviones, siempre que el asiento en cuestión haya sido aprobado para su uso
también en aviones (para ello el asiento debe superar unas determinas pruebas y
mostrar una etiqueta especial). Se trata de una recomendación vigente desde
que, en el año 1989, varios niños pequeños sufrieran gravísimas lesiones al
salir despedidos durante un accidente aéreo sucedido en Iowa City, en Estados
Unidos (en aquel entonces y en aquel país, en caso de aterrizaje forzoso o
emergencia, se aconsejaba situar a los niños en el suelo de la cabina de
pasajeros, entre las piernas de un ocupante adulto).
En Europa, los niños más pequeños deben viajar en el regazo
de su padre o madre y usar un cinturón suplementario.
Llame al teléfono de información de su compañía aérea para
preguntar si permiten instalar asientos infantiles de seguridad en el avión, y
bajo qué condiciones.
Mi niño no quiere usar su sillita y protesta y grita: ¿qué puedo hacer?
Efectivamente, es una situación que puede llegar a ser muy
desesperante y la tentación a ceder, muy fuerte. Sin embargo, y como en
cualquier otro ámbito de su educación, en niño “no debe salirse con la suya”,
ya que aprendería rápidamente que quejándose es capaz de imponer su voluntad.
Los adultos deben mostrarse firmes y no ceder, haciéndoles ver que hasta que no
estén correctamente sentados en su silla el viaje no puede comenzar. De ese modo
el niño aprende que quejarse o protestar no sirve de nada y que no le queda
otra opción que abrocharse su arnés o cinturón de seguridad.
Un truco para intentar evitar estos comportamientos es hacer
ver al niño que utilizar el asiento es “divertido”, por ejemplo porque permite
ver mejor a través de las ventanillas. Otro truco que puede funcionar es dejar
que el niño se acostumbre al asiento infantil, e incluso juegue con él, en
casa, antes de instalarlo en el vehículo.
Mi niño protesta y se desabrocha con el coche en marcha:
Aunque la normativa de homologación
exige que sea necesario realizar una mínima fuerza para que se abra la hebilla –precisamente para evitar que ésta
se abra inadvertidamente o que los niños más pequeños se desabrochen– es
posible que los niños mayores también aprendan a abrirla. En ocasiones lo hacen
para protestar y llamar la atención de los padres. En estos casos, y sin que el
conductor se distraiga ni deje de prestar atención al tráfico, el consejo es
detener el vehículo tan pronto como sea seguro y explicar al niño que, para
continuar el viaje, es necesario que se vuelva a abrochar el arnés o cinturón
de seguridad. Y, lo más difícil de conseguir, hay que repetir lo anterior y
parar el vehículo tantas veces como sea necesario. Nunca se debe ceder en este
aspecto.
Un truco para intentar evitar estos comportamientos es hacer
ver al niño que utilizar el asiento es “divertido”, por ejemplo porque permite
ver mejor a través de las ventanillas. Otro truco que puede funcionar es dejar
que el niño se acostumbre al asiento infantil, e incluso juegue con él, en
casa, antes de instalarlo en el vehículo.
¿Cómo puedo saber si mi hijo o hija puede usar ya el cinturón de seguridad de adultos?
En España, y según la legislación vigente, los niños deben
usar asientos infantiles hasta que midan al menos 135 cm de altura. Por otro
lado, los asientos infantiles elevadores del grupo III están diseñados y
homologados para poder ser utilizados por niños de hasta 150 cm de estatura,
así que no hay que tener prisa por dejar de utilizar el elevador en cuanto se
alcancen dichos 135 cm.
Y lo más importante para su seguridad: los niños deben usar
asientos infantiles hasta que el cinturón de adultos les ajuste correctamente.
Un cinturón de adultos mal ajustado puede causar en el niño unas graves
lesiones, incluso a velocidades moderadas. El ajuste correcto del cinturón se
consigue cuando la parte superior pasa por encima de la clavícula y por encima
del esternón y cuando la parte inferior se apoya en la parte superior de los
huesos de las caderas. Si el cinturón pasa por encima del cuello, o muy cerca
de éste, o por encima del estómago en lugar de sobre los huesos de las caderas,
entonces no ajusta correctamente y resulta peligroso.
Además, la cabeza del niño debe quedar protegida por el
reposacabezas del vehículo: si el reposacabezas queda demasiado alto, o el
asiento del vehículo carece de él, sería más seguro que el niño viajara en un
asiento elevador dotado de su propio reposacabezas.
Otro criterio adicional es que, al sentarse directamente
sobre el asiento del vehículo, las rodillas del niño lleguen hasta el borde del
asiento, de modo que sus piernas se doblen por las rodillas con comodidad.
Cuando las piernas no doblan, el niño tiende a “escurrirse” hacia abajo, con el
consiguiente riesgo de deslizarse por debajo del cinturón o arnés (efecto
conocido con el término inglés de submarining), como se
muestra en la siguiente ilustración: en estos casos está claro que el niño o
niña necesita un asiento elevador.
- El
niño se sienta apoyando toda su espalda contra el respaldo del asiento del
vehículo.
- Con
toda la espalda apoyada en dicho respaldo, las piernas doblan con
comodidad y no quedan “rectas” con las pantorrillas apoyadas en el borde
del asiento.
- El
niño puede mantener esa posición a lo largo de todo el viaje, sin
“escurrirse” o deslizarse hacia abajo.
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