viernes, 25 de mayo de 2012

Preguntas más frecuentes para padres sobre la seguridad vial


Hemos recopilado algunas de las preguntas más frecuentes, y sus correspondientes respuestas, relativas a la seguridad infantil en el automóvil.

Las preguntas y respuestas incluidas o bien se han recibido directamente de padres o madres o bien proceden de una extensa revisión de las mejores prácticas internacionales en seguridad infantil en el automóvil.

Recuerde que, por encima de la información que aquí se ofrece, es más importante consultar siempre el manual de instrucciones del vehículo y del asiento: si las recomendaciones de esta página son diferentes a las de dichos manuales, son siempre éstos los que deben tener prioridad. Se recopilan algunas de las preguntas más frecuentes, y sus correspondientes respuestas, relativas a la seguridad infantil en el automóvil.

Las preguntas y respuestas incluidas o bien se han recibido directamente de padres o madres o bien proceden de una extensa revisión de las mejores prácticas internacionales en seguridad infantil en el automóvil.

¿Es imprescindible cambiar de asiento infantil después de cualquier accidente, aunque sea menor?

¿Qué es más seguro: que el niño viaje mirando hacia atrás o hacia delante?

Si viajo en taxi, ¿es necesario utilizar un asiento infantil?

Si alquilo un coche, ¿es necesario utilizar un asiento infantil?

¿Puedo instalar un asiento infantil en un avión?

Mi niño no quiere usar su sillita y protesta y grita: ¿qué puedo hacer?

Mi niño protesta y se desabrocha con el coche en marcha:

¿Cómo puedo saber si mi hijo o hija puede usar ya el cinturón de seguridad de adultos?



¿Es imprescindible cambiar de asiento infantil después de cualquier accidente, aunque sea menor?

La recomendación habitual es que no use asientos que hayan estado dentro de un coche que haya sufrido un accidente, excepto si ha sido un accidente realmente menor y resulte posible comprobar que el asiento no haya sufrido daños. Tenga en cuenta que, en ocasiones, los daños pueden no ser visibles. Por ello, el consejo más seguro es, ante la duda, cambiar de asiento: compruebe si el seguro del automóvil puede hacerse cargo de dicha sustitución, del mismo modo que abona el paragolpes del vehículo, por ejemplo.

La Administración Nacional de Seguridad Vial de EE UU (National Highway Traffic Safety Administration, NHTSA) indica que, por lo general y excepto si subyace cualquier tipo de duda, no resulta necesario sustituir el asiento infantil si el accidente es realmente menor y se cumplen TODOS los puntos siguientes:

  • El asiento no presenta daños aparentes (fisuras, deformaciones de sus piezas…) ni en las zonas a la vista ni debajo de la tapicería u otras partes móviles.
  • El vehículo accidentado se puede conducir tras el choque (no se necesita llamar a la grúa).
  • La puerta del vehículo más cercana al asiento infantil no presenta daños.
  • Ningún ocupante resulta lesionado.
  • Los airbags no entran en funcionamiento (no se abren o activan).

Algunos fabricantes de asientos recomiendan que sustituir los asientos infantiles si el accidente se produce a más de 10 km/h. Otros fabricantes de asientos infantiles ofrecen la posibilidad de comprobar gratuitamente si, tras un accidente, la sillita ha sufrido desperfectos y necesita ser reparada o sustituida o si puede seguir siendo usada con seguridad. Consulte al fabricante de su asiento infantil si éste es su caso.

Recuerde que en caso de accidente, puede que sea necesario sustituir también los cinturones de seguridad del vehículo: consulte, como siempre, el manual de instrucciones del vehículo.


¿Qué es más seguro: que el niño viaje mirando hacia atrás o hacia delante?

Quizás recuerde –de alguna película de cine, por ejemplo– que cuando los astronautas regresaban a la Tierra en su cápsula espacial tras su visita a la Luna, lo hacían sentados en sus asientos mirando hacia atrás: esa es la posición más segura porque es toda la espalda la que soporta las fuerzas y no sólo, en caso de mirar hacia delante, las pequeñas zonas de contacto entre el cuerpo del ocupante y el cinturón o arnés de seguridad. En el caso de los bebés y los niños más pequeños, el cuello es una de las partes más frágiles de su cuerpo (por eso hay que sujetarles continuamente la cabeza al sostenerlos en brazos), e ir sentados mirando hacia atrás, en caso de frenazo o accidente, es mucho más seguro que mirar hacia delante.

Así pues, conviene que los niños viajen mirando hacia atrás durante el mayor tiempo posible, siempre que el asiento lo permita (en el caso de los asientos del grupo 0, hasta los 10 kilogramos de peso; en el caso de los asientos del grupo 0+, hasta los 13 kilogramos de peso; o, en general, hasta que el niño crezca y sea demasiado grande para usar su asiento mirando hacia atrás).

En Suecia, quizás el país más seguro del mundo en estos momentos en cuanto a seguridad de los niños en el automóvil se refiere, los niños viajan normalmente mirando hacia atrás hasta que cumplen los tres años como mínimo, recomendándose que sigan así hasta que cumplan cuatro; en dicho país, hasta el año 2008, la normativa de homologación de asiento era diferente a la española, algo más exigente, y por este motivo los asientos orientados mirando hacia atrás (los únicos capaces de cumplir con los requisitos más exigentes) se universalizaron en dicho país aunque, en estos momentos, todos los países de la Unión Europea poseen la misma homologación, la ECE R44/04.

Resulta llamativo, por ejemplo, que en todas las sillas infantiles que obtuvieron en el año 2009 la mejor puntuación en las comparativas independientes realizadas por clubes de automovilistas y asociaciones de consumidores europeos el niño viajara mirando hacia atrás. La siguiente ilustración representa cómo, durante un choque frontal, el movimiento de un niño que viaja mirando hacia delante es mucho más violento que el de otro niño que lo hace mirando hacia atrás.
Simulación por ordenador de una colisión frontal




Resulta llamativo, por ejemplo, que en todas las sillas infantiles que obtuvieron en el año 2009 la mejor puntuación en las comparativas independientes realizadas por clubes de automovilistas y asociaciones de consumidores europeos el niño viajara mirando hacia atrás

En el año 2011, la Fundación MAPFRE acometió una exhaustiva revisión de las evidencias y recomendaciones internacionales en relación con la posición del asiento infantil (instalado mirando hacia delante o hacia atrás). Las principales conclusiones de dicha revisión fueron:

  • Los asientos orientados hacia atrás son mucho más seguros que los asientos orientados hacia delante.
  • Los niños deben viajar mirando hacia atrás todo el tiempo que sea posible. Ello evitaría lesiones que podrían producirse aún utilizando asientos orientados hacia delante y que podrían prevenirse prácticamente en su totalidad con asientos orientados hacia atrás.
  • Cuando un bebé crezca y su sillita para bebés se quede pequeña, se debería cambiar de silla por una de mayor tamaño, pero que todavía permita seguir viajando mirando hacia atrás.
  • Los niños deberían viajar mirando hacia atrás, siguiendo la práctica nórdica que tan efectiva se ha demostrado, hasta los tres o cuatro años.



Si viajo en taxi, ¿es necesario utilizar un asiento infantil?

Desde el punto de vista de la seguridad, su hijo o hija es tan frágil en un taxi como en cualquier otro vehículo. Así que, pensando en la seguridad del niño, la respuesta no puede ser otra: CLARO QUE SÍ ES NECESARIO Por otro lado, desde el punto de vista legal, en España se exime de la obligación de utilizar dispositivos de retención homologados a las personas cuya estatura sea inferior a los 135 centímetros cuando viajen en taxi, pero siempre que ocupen un asiento distinto del delantero y sólo cuando circulen en tráfico urbano o áreas urbanas de grandes ciudades.

En varios países europeos los taxistas llevan en el maletero sillitas para niños. Si ha viajado últimamente: habrá visto que cada vez se ven más padres en aeropuertos o estaciones llevando consigo el asiento infantil de sus hijos: su concienciación por la seguridad compensa la incomodidad de acarrear con el asiento.

Otra posibilidad es que tenga a mano el teléfono de un servicio de tele-taxi que le permita instalar su asiento infantil, o que cuente con taxis que dispongan de asientos infantiles. La compañía http://www.radiotelefono-taxi.com, por ejemplo, pone a disposición de sus clientes “Eurotaxis para sillas de ruedas que también están equipados con sillitas homologadas para niños” (según publicidad de la compañía y sin que esta información deba entenderse como una recomendación explícita de ningún servicio concreto de autotaxis). Cuando llame a su compañía de taxis, indique el número de niños que necesita transportar, así como los grupos o tipos de asientos infantiles que va a necesitar.



La Asociación Española de Pediatría, de hecho, recomienda que los niños que viajen en taxi, en especial aquéllos que no alcancen 135 centímetros de estatura, observen las siguientes precauciones:

  • Hacer siempre uso de elementos de retención adecuados a la edad y el peso del niño, tanto para desplazamientos en ámbito urbano como en desplazamientos interurbanos.
  • Seleccionar, en la medida de lo posible, taxis que dispongan de estos elementos. Si se solicita telefónicamente el servicio de taxi, requerir que se trate de un vehículo equipado con dichos dispositivos.
  • En caso de utilizar el cinturón de seguridad del vehículo, por ejemplo en niños con talla mayor o igual a los 135 centímetros, ha de vigilarse que el cinturón esté correctamente colocado, no cruzando el cuello del niño y manteniéndose la banda pélvica sobre la raíz de los muslos del niño.
  • Utilizar siempre dispositivos de retención homologados, según debe figurar en la etiqueta visible del dispositivo.
  • No obstante lo anterior, existen algunos sistemas menos recomendables, aunque igualmente homologados. Es el caso de las sillitas y los elevadores inflables o hinchables que, aun cuando son de comercialización legal y pueden estar homologados, han mostrado peores resultados en las pruebas de choque en cuanto a la protección del niño.
  • Llevar en todo caso a los niños en los asientos posteriores del vehículo.


Si alquilo un coche, ¿es necesario utilizar un asiento infantil?

Al igual que cuando se viaja en taxi, y desde el punto de vista de la seguridad, su hijo o hija es tan frágil en un coche de alquiler como en cualquier otro vehículo. Así que, pensando en la seguridad del niño, la respuesta no puede ser otra: CLARO QUE SÍ ES NECESARIO De hecho, en este caso la ley tampoco diferencia entre un vehículo propio y un vehículo de alquiler.

La mayoría de las compañías de alquiler de vehículos ofrecen asientos infantiles. Para asegurarse de que disponen de uno en el punto de entrega del vehículo, contacte directamente con el responsable del punto de entrega (mejor que contacte con el responsable del punto de entrega que con el teléfono genérico de atención al cliente, en donde la información específica puede ser menos precisa) y pídale confirmación por escrito de que ha recibido su solicitud de asiento infantil.

Al retirar el asiento junto con el vehículo de alquiler, compruebe que la silla infantil se encuentre en perfecto estado, dispone de todas las piezas y de su manual de instalación. Pida ayuda al personal de la compañía de alquiler si tiene dudas sobre cómo instalar el asiento infantil.

¿Puedo instalar un asiento infantil en un avión?

En los EE UU, la autoridad de aviación civil sí que permite la instalación de una sillita infantil de automóvil en los asientos de los aviones, siempre que el asiento en cuestión haya sido aprobado para su uso también en aviones (para ello el asiento debe superar unas determinas pruebas y mostrar una etiqueta especial). Se trata de una recomendación vigente desde que, en el año 1989, varios niños pequeños sufrieran gravísimas lesiones al salir despedidos durante un accidente aéreo sucedido en Iowa City, en Estados Unidos (en aquel entonces y en aquel país, en caso de aterrizaje forzoso o emergencia, se aconsejaba situar a los niños en el suelo de la cabina de pasajeros, entre las piernas de un ocupante adulto).

En Europa, los niños más pequeños deben viajar en el regazo de su padre o madre y usar un cinturón suplementario.

Llame al teléfono de información de su compañía aérea para preguntar si permiten instalar asientos infantiles de seguridad en el avión, y bajo qué condiciones.


Mi niño no quiere usar su sillita y protesta y grita: ¿qué puedo hacer?

Efectivamente, es una situación que puede llegar a ser muy desesperante y la tentación a ceder, muy fuerte. Sin embargo, y como en cualquier otro ámbito de su educación, en niño “no debe salirse con la suya”, ya que aprendería rápidamente que quejándose es capaz de imponer su voluntad. Los adultos deben mostrarse firmes y no ceder, haciéndoles ver que hasta que no estén correctamente sentados en su silla el viaje no puede comenzar. De ese modo el niño aprende que quejarse o protestar no sirve de nada y que no le queda otra opción que abrocharse su arnés o cinturón de seguridad.

Un truco para intentar evitar estos comportamientos es hacer ver al niño que utilizar el asiento es “divertido”, por ejemplo porque permite ver mejor a través de las ventanillas. Otro truco que puede funcionar es dejar que el niño se acostumbre al asiento infantil, e incluso juegue con él, en casa, antes de instalarlo en el vehículo.

Mi niño protesta y se desabrocha con el coche en marcha:

Aunque la normativa de homologación exige que sea necesario realizar una mínima fuerza para que se abra la hebilla –precisamente para evitar que ésta se abra inadvertidamente o que los niños más pequeños se desabrochen– es posible que los niños mayores también aprendan a abrirla. En ocasiones lo hacen para protestar y llamar la atención de los padres. En estos casos, y sin que el conductor se distraiga ni deje de prestar atención al tráfico, el consejo es detener el vehículo tan pronto como sea seguro y explicar al niño que, para continuar el viaje, es necesario que se vuelva a abrochar el arnés o cinturón de seguridad. Y, lo más difícil de conseguir, hay que repetir lo anterior y parar el vehículo tantas veces como sea necesario. Nunca se debe ceder en este aspecto.

Un truco para intentar evitar estos comportamientos es hacer ver al niño que utilizar el asiento es “divertido”, por ejemplo porque permite ver mejor a través de las ventanillas. Otro truco que puede funcionar es dejar que el niño se acostumbre al asiento infantil, e incluso juegue con él, en casa, antes de instalarlo en el vehículo.


¿Cómo puedo saber si mi hijo o hija puede usar ya el cinturón de seguridad de adultos?

En España, y según la legislación vigente, los niños deben usar asientos infantiles hasta que midan al menos 135 cm de altura. Por otro lado, los asientos infantiles elevadores del grupo III están diseñados y homologados para poder ser utilizados por niños de hasta 150 cm de estatura, así que no hay que tener prisa por dejar de utilizar el elevador en cuanto se alcancen dichos 135 cm.

Y lo más importante para su seguridad: los niños deben usar asientos infantiles hasta que el cinturón de adultos les ajuste correctamente. Un cinturón de adultos mal ajustado puede causar en el niño unas graves lesiones, incluso a velocidades moderadas. El ajuste correcto del cinturón se consigue cuando la parte superior pasa por encima de la clavícula y por encima del esternón y cuando la parte inferior se apoya en la parte superior de los huesos de las caderas. Si el cinturón pasa por encima del cuello, o muy cerca de éste, o por encima del estómago en lugar de sobre los huesos de las caderas, entonces no ajusta correctamente y resulta peligroso.

Además, la cabeza del niño debe quedar protegida por el reposacabezas del vehículo: si el reposacabezas queda demasiado alto, o el asiento del vehículo carece de él, sería más seguro que el niño viajara en un asiento elevador dotado de su propio reposacabezas.

Otro criterio adicional es que, al sentarse directamente sobre el asiento del vehículo, las rodillas del niño lleguen hasta el borde del asiento, de modo que sus piernas se doblen por las rodillas con comodidad. Cuando las piernas no doblan, el niño tiende a “escurrirse” hacia abajo, con el consiguiente riesgo de deslizarse por debajo del cinturón o arnés (efecto conocido con el término inglés de submarining), como se muestra en la siguiente ilustración: en estos casos está claro que el niño o niña necesita un asiento elevador.



 Su hijo puede usar el cinturón de seguridad para adultos si se dan TODAS estas condiciones:

  • El niño se sienta apoyando toda su espalda contra el respaldo del asiento del vehículo.
  • Con toda la espalda apoyada en dicho respaldo, las piernas doblan con comodidad y no quedan “rectas” con las pantorrillas apoyadas en el borde del asiento.
  • El niño puede mantener esa posición a lo largo de todo el viaje, sin “escurrirse” o deslizarse hacia abajo.

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